Historia real, como muchas otras, que preferiría considerar mentira. Hace años perdí a un amigo de un instante a otro, sin tiempo para despedirme, sin tiempo para escucharle. Para mi mala suerte, se ponía cada vez más real, a ritmo de venganzas coleccionaba un legado que hasta el día de hoy, nos ha sacado a muchos de nuestros barrios natales. Obligados a proseguir en una realidad en la que la muerte, tristemente, es real, y que tarde o temprano ella llegará a por ti, así como a Eduardo y su hermano, como a Paco y su primo, como a Don Luis y sus hijos, la muerte llegó sin avisar, en esta historia basada en mis pasadas memorias dejadas por el tiempo y la evolución, aquella que hizo lo mejor de mi, para recordar lo mejor de ti. Un abrazo hasta el cielo, que cada que paso frente a tu casa, el silencio es eterno.