La juventud se va como el agua entre las manos, pero cuando se vive parecen los días eternos. Así le paso a Lisa cuando conoció a Eduardo, compañeros de preparatoria, desde el primer día clase en su primer semestre fue un compañero mas, pero no paso mucho tiempo para que su corazón le perteneciera a Eduardo. La relación cambio de compañeros a amigos, de amigos a novios, de novios a nada. Cuando llegaron a nada, estaban destrozados por la perdida de la ilusión, del amor y ya no podrían verse a la cara, solo esperar a que el tiempo puede separar o unir sus vidas.