Poder y amor, dos polos completamente opuestos, dos ideas diversas que todo el mundo piensa que se puede tener a la vez, y la verdad es que llega un punto donde debes elegir, donde el amor no basta para tener todo el poder y el poder no basta para que el amor dure. Es una u otra, pero nunca las dos juntas. Y eso lo aprendí a la fuerza, me obligaron a entender que ambas cosas a la vez no se pueden y que uno siempre se debe elegir a uno mismo, porque, al finalizar el día y ver cómo el sol se oculta tras las montañas es donde te das cuenta que solo te tienes a ti mismo, y que puedes tener el mundo a tus pies, pero nunca a tu altura.