Dulce tentación, así es como describiría lo que el significaba para mí. Algo prohibido, algo que no podía tener, pero entre el «Deber» y el «Querer» había una delgada línea, sabía que jugaba con fuego. Pero yo, quería con todas mis fuerzas quemarme si eso era lo que se necesitaba para que el cayera a mis pies. Yo, quería ser su deseo prohibido, su pecado, su dulce tentación...