- ¡Obedéceme Lee Donghae! - gritó Hyukjae mientras veía que el menor se dejaba caer sobre sus rodillas - así me gusta precioso, que sepas cuando debes callar y obedecer.
- ¡Obedéceme Lee Donghae! - gritó Hyukjae mientras veía que el menor se dejaba caer sobre sus rodillas - así me gusta precioso, que sepas cuando debes callar y obedecer.
Joaquín no debía salir después de las siete, tampoco debía hablar con personas como Emilio ni mucho menos debería estar en una tienda de tatuajes, pero ahí estaba rompiendo todas las reglas de sus pa...