Al cabo de algunos minutos, empezó a llorar, empezó a sentirse culpable y sobre todo patético, y no, ciertamente no era por haberse hecho daño, sino por no haberse hecho el daño suficiente.
Al cabo de algunos minutos, empezó a llorar, empezó a sentirse culpable y sobre todo patético, y no, ciertamente no era por haberse hecho daño, sino por no haberse hecho el daño suficiente.