El vidente lo había visto, una chica de pelo negro como la noche y ojos verdes como la hierba se acercaba al pueblo de Kattegat, y con ella venia la tranquilidad, no solo de su nuevo rey, sino que también de sus seguidores.
El vidente lo había visto, una chica de pelo negro como la noche y ojos verdes como la hierba se acercaba al pueblo de Kattegat, y con ella venia la tranquilidad, no solo de su nuevo rey, sino que también de sus seguidores.