- ¡Basta! ¡Sueltame! ¿que es lo que quieres de mi? - grité con desespero mientras forcejeaba. Mi rostro cubierto de lagrimas. - ¿yo de ti? Nada, o sabes creo que si, aunque creo que no deberias saberlo ahora - replico sonriendo cinícamente - porfavor, dejame ir, si quieres dinero lo tendras pero dejame ir - suplique a lo que parecio molestarle pues de inmediato se levanto de su enorme silla acercandose peligrosamente a mí - Eres debil -murmuro tomando mi menton en una de sus manos haciendo una ligera presion - Jamas debes suplicar, jamas, aunque tu vida dependa de ello - trague grueso ante su mirada y sus ojos azules que eran tan profundos y frios que podia intimidar a cualquiera. Me solto con delicadeza y se puso en marcha, pero depronto se detuvo - Yo no te necesito, es solo por ordenes de mi padre, sera mutuo no tengas cuidado, que tonta eres no entiendo como mi hermano se fijo en ti-dijo sin mirarme