Más de dos mil años antes del nacimiento de Xuladán, los Dioses intentaron imponer su voluntad por encima de la de los Eternos; corrompieron a la humanidad y sublevaron al mundo. En retorno, los Eternos crearon a los elfos para liberar a la humanidad de la influencia de Pétricor, el mayor de los Dioses. Se derramó mucha sangre, pero tras años de lucha, los elfos lograron aprisionar a los dioses en carne y hueso, poniendo fin a la guerra. Siglos después, tras haber enmendado los estragos de la beligerancia, los elfos retornaron a su isla natal y se separaron del resto del mundo. Durante milenios no se vio a un solo elfo, lo que llevó a que se convirteran en leyenda; y la magia, al no ser practicada, se volvió ilegal. Mucho tiempo después, en Serente, un joven llamado Xuladán es encontrado por un grupo de elfos, quienes le hacen presente que debe viajar con ellos a la Isla Renhed, pues ahí deberá aprender las artes arcanas. Todo indica que se avecina otra guerra y que Xul jugará un papel decisivo en esta. Xuladán se embarcará en una travesía hacia la sagrada isla donde conocerá grandes amistades, dominará increíbles habilidades y descubrirá que el mundo le ha ocultado un terrible secreto.