La vida de Conan transcurre con normalidad, trabajando en la florería de su tía; sin embargo, su rutina cambia cierta tarde común y corriente, cuando una chica comienza aparecer diariamente en el cementerio de enfrente, con la única intención de sentarse en un árbol y cerrar los ojos. Pero, mientras él se pregunta quién es ella y la razón por la que comete actos tan singulares, Lirio tiene un único propósito en su vida: enterrar sus sentimientos.