Yo era lo más normal del mundo...hasta que apareció él con su sonrisa y con esa mirada penetrante que siempre tuvo un peso enorme sobre mí,con la capacidad de hacerme sentir estúpidamente única
Yo era lo más normal del mundo...hasta que apareció él con su sonrisa y con esa mirada penetrante que siempre tuvo un peso enorme sobre mí,con la capacidad de hacerme sentir estúpidamente única
Nunca debí caer por él.
Sin embargo, tampoco detuve mi descenso.
Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí.
No su frialdad.
No su silencio.
No sus advertencia...