Layla ha perdido la mitad de su vida como una prostituta dentro de lo nefasto y oscuro de la sociedad regida por los pecados más venenosos encadenados al corazón humano: La avaricia y la lujuria. En su labor conoce a la oficial Lyssandra, una policía obsesionada con la perfección y la justicia con la intención de terminar con la red de tráfico sexual que protagonizaba. Pero la situación se complica cuando entre ambas surgen encuentros sin leyes ni límites para el deseo y los sentimientos, a medida que transcurren una serie de crímenes procedentes aparentemente de su proxeneta, quién no descansará hasta tenerla de vuelta en su poder.