Los sueños son como estrellas fugaces, destellos de magia que danzan en la oscuridad de la noche. Y como cualquier soñador sabe, cuando ves una estrella fugaz, debes pedir un deseo. Eso es lo que solía hacer Leo. Desde que era un niño, miraba el cielo nocturno con ojos llenos de asombro, buscando la estrella perfecta que le concedería sus deseos más profundos. Pero esta noche, una estrella diferente capturó su atención, una estrella que brillaba más intensamente que todas las demás. ¿Su deseo se cumplirá?
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