Invierno y Primavera entrelazaron sus manos y Otoño así nació; le amó presenciando la caída de hojas secas aún cuando el azotador viento hacía sus dientes castañetear, entonces, Invierno deseó que la calidez de Primavera fuese prolongada y con un inocente beso primavera cumplió aquel anhelo, el Verano surgió y se manifestó con un potente y cegador sol.