PRÓLOGO -¡Eres un idiota! ¿Porqué le pegaste Luke? ¿¡Por qué siempre tienes que meterte en todo!? -No, Kat por favor escúchame... no lo pensé sólo actué -Aléjate de mi grandísimo imbécil, no te quiero volver a ver. ¡TE ODIO!- le dije mirándolo a los ojos. -¡PUES YO TE AMO! Su confesión me había dejado tan sorprendida que cuando se acercó y me besó, no sabía qué hacer o cómo actuar. Yo lo odiaba, pero me gustaba la sensación de sus labios sobre los míos. Al final reaccioné. -¡Quítate estúpido! No me beses de nuevo, yo... te odio- le dije evitando su mirada. - Tú eres mía Kat, eres mía nena y tú sabes que es así- dijo acercándose nuevamente- ¿o me equivoco? Sentí su aliento en mi cuello y un cosquilleo en donde habían estado sus labios. Quería más... pero lo odiaba. Lo odio, lo odio, lo odio. Miré sus ojos azules que parecían observar todo en la profundidad de los míos. Lo miré y le pequé una cachetada. -Nunca seré tuya ¿lo entiendes? Tú no me amas y yo no te amo. Nos odiamos y déjalo así- Lo miré una última vez y me fui dejándolo en el pasillo del colegio sólo.