La lluvia sigue ahí, aunque intentemos fingir que no existe. Larissa ignora la lluvia, está segura que si lo hace se irá rápidamente, Jeremias solo se dedica a observar la lluvia, caer y salpicar el suelo. Ella tiene cosas que ocultar y él va con la honestidad como su política. Ella cree que lo odia, el cree que solo quiere ser su amigo pero que equivocados estan.