Ian era un pequeño niño de ojos bonitos, que no conocía nada acerca de los prejuicios, dulce y tierno. Lastimosamente, el tiempo transcurría y por ende Ian crecía, pero lo hizo con su corazón endurecido cual roca. Aquel dulce niño que alguna vez conocieron, quedó enterrado en el pasado. Esta historia es 100% de mi autoría. No acepto copias ni adaptaciones de ningún tipo. Historia disponible solo en esta plataforma, si la encuentra en algún otro lugar es PLAGIO.