Siempre debe haber un equilibrio entre el bien y el mal, y el Señor de los Cielos espera que nadie intervenga con el libre albedrio de las personas, por eso es que existen los cazadores Venators, almas que mueren con pecados veniales sin confesar, llegan al Purgatorio, y se les ofrecen la oportunidad de acelerar su proceso, es decir, su traslado al Paraíso, si bajan a la tierra para hacer un trabajo: aniquilar demonios Conturbator. Estos últimos son especializados en localizar almas puras y corromperlas más allá de cualquier salvación. Con sus manipulaciones, influencias, y sus poderes, infernales le roban el poder de decisión a las personas ocupándose de que pequen más allá de cualquier perdón. Los cazadores cuando regresan, comen, duermen y tienen otras interacciones comunes humanas siempre y cuando borren su memoria después, pero más que nada como una necesidad fisiológica, realmente no las disfrutan, no sienten placer, están ahí para matar demonios y cumplir un trato que les permita entrar al cielo. Hasta que uno de ellos, Tanner, conoce a Faith, una mujer de alma pura que fue marcada por un Conturbator para ser corrompida, y que logra algo que ninguna humana pudo lograr: hacerle sentir.