Dos personas, residuos de estrellas. Tal vez era necesario que los descendientes de ciertos astros se conocieran para aprender que la unión de ciertas personas no es algo que simplemente puedes superar, como los residuos del choque entre nuestro planeta Tierra y el planeta Thea, que desprendieron trozos de piedra que inesperadamente terminaron convirtiéndose en el satélite adorado por la humanidad. Hicieron falta cuatro mil millones de años para que unos jóvenes distraídos se dieran cuenta de que ambos eran planetas destinados a chocar entre sí y a formar juntos alto tan lindo como lo es el satélite del planeta Tierra. Todos los personajes en esta historia tienen 18 años.