15 días. Ese era el tiempo del que disponía Maya para emparejar sus ideas. Quería tomar una decisión: saber si debía luchar por aquello que era su pasión o, por el contrario, hacer caso a lo que todos le decían que era lo mejor. Era complicado, sobre todo porque pasar dos semanas en un país extranjero con nada más que una mochila y mil cosas en la cabeza, no era a lo que ella, obsesa del control, estaba acostumbrada. Cam quería escapar de la monotonía. Ansiaba encontrar esa chispa que necesitaba y que le serviría de inspiración para su próxima novela. Pero lo que más deseaba, era volver a ser él, enterrando todos los fantasmas del pasado y lograr perdonarse... ¿Quién le iba a decir que encontraría lo que necesitaba justo el día que decidió darse por vencido? ¿Y en forma de cartera? Dos almas perdidas buscando encontrarse. Porque a veces simplemente hay que saltar, a la vida, a los miedos... únicamente saltar, sin pensar en las consecuencias. Una historia a contrarreloj en la que las letras y la música, acabarán unidas por un dulce sabor a miel.