El olvido daba lugar a exceso de confianza y la gente estaba olvidando el verdadero propósito de los juegos, el propósito de recordar la rebelión. Claro que Coriolanus Snow quería también que fuese vista como una celebración, pero no consideraba correcto el hecho de olvidar su verdadero propósito por lo que enviar a un tributo perteneciente al Capitolio, según él, les refrescaria la memoria a los cuidados.