Beomgyu nunca pudo florecer dentro de esa mansión, nunca tuvo la libertad de elegir algo por su propia cuenta, tampoco lo dejaron ser feliz por las crueles palabras que recibía siempre de sus padres y hermanos, él simplemente fue un error para esa familia. Nunca debió existir. Eso creía hasta que alguien le hizo ver lo contrario, una persona que apenas lo conocía, le hacía sentir que era una persona valiosa, alguien que podía vivir y disfrutar las cosas de la vida.