AUGUSTO Y CAMILA Mientras la tarde cae lánguida en los últimos estertores del día, Augusto escucha recostado cómo Camila toma un baño. Corriendo va la cortina del pudor y el pedido es que controle la carne en el horno. El aroma en la cosina siempre ha sido una extensión de esas caderas y esos pechos. Con el tacto antes la conciencia de ella por entre el trozo de res. Con un agradecimiento callado la res al estómago y la conciencia inconfundible…sutil, a la sangre de él.- Matias Castagnino