En un reino antiguo, existía la creencia de que las estrellas en el cielo eran llamas en el universo, de distintos colores y cada una con un tiempo límite, pero había una muy especial, la llama eterna, capaz de entregar prosperidad a un imperio entero si se usaba con buenas intenciones, la llama cayo del cielo como una bendición y se convirtió en el motor de una sociedad armoniosa, pero cuando el imperio cayó y la llama desapareció con ellos. La historia del imperio y la llama se volvió una historia local, "sólo aquel de puro corazón podrá tomar la llama y traer la gloria", animando a muchos honorables caballeros a buscar este anhelado objeto, algunos nunca volvieron.