Denji, atormentado por los recuerdos de Makima, sigue obsesionado con ella. Pasaba el tiempo y no podía olvidar a su antiguo amor. Ahora, es responsable de Nayuta, la reencarnación del demonio control. Sin embargo, Nayuta ha experimentado un crecimiento acelerado y ya no se parece a la niña que Denji conocía. Sentimientos encontrados vuelven a su ser al ver a su protegida y eso lo asustaba.