No soy como ellos. No pertenezco a ellos. No soy uno de ellos. Dejé de ser parte de su grupo cuando alguien arrancó mi corazón, acabó con mis sueños, metas, esperanzas y aspiraciones en la vida, me alejó de mi familia, de mi pareja, de mis amigos y de todos aquellos que llevaba en mi memoria. Dejé de perdonar, creer o incluso sentir. Me habían cambiado tanto que no me reconocerían. Ahora era la protectora de los débiles, salvadora del abusado, esperanza del necesitado, peor pesadilla del malvado. Soy Kira, la justica, salvación y venganza de este mundo.