Todo comenzó con una pregunta tan inocente, tan simple, que no parecía que llevaría a éste par al inicio de una historia con desgarradores capítulos. Un amor tan profundo que su fuego los consumió a los dos, una fuerte tormenta que arrasó con todo, destruyendo cada sueño que construyeron en silencio mutuo. Todo empezó un 31 y terminó un 13. "Esos números nos van a perseguir por siempre." dijo quien no sabía lo que había profetizado. "El escarlata del vino con el que manchaste mi camisa fue algo que nunca pude borrar." fue la respuesta a futuro de lo ocurrido en el trágico transcurso. Y se transformó en la sangre escarlata del amor que murió sin poder ser enterrado.