Laila era una chiquita que había nacido en un barrio de Buenos Aires, la pequeña rubia siempre acompañaba a su padre a ver las carreras que el automovilizmo argentino podía ofrecer, y con su hermano iba todos los fines de semana a la cancha. Pronto una de sus dos pasiones, inculcadas por su familia, florecio más que la otra. La chiquita que corría por las gradas del autodromo había crecido y se dedicaba a manejar en el mismo, con el sueño de algún día llegar lejos. ¿Cómo será cuando una mujer se involucre en el mundo de la Formula 1? ¿Qué hara cuando el mundo la odie pero sea la única que le de victorias a su equipo?