Babe y Charlie, tras superar el conflicto con Tony, viven sin muchas preocupaciones y amandose como siempre. Sin embargo, la tranquilidad se ve interrumpida cuando Charlie comienza a comportarse de manera extraña, desconcertando a Babe y sembrando preocupación en él. Lo que Babe no sospecha es que detrás de ese comportamiento se esconde una sorpresa que cambiará sus vidas para siempre: la mejor pedida de mano que Babe podría imaginar.