Un brillo surge de una penetrante obscuridad, uno que emerge en el reflejo de un espejo dorado con motivos florales. Sonríe al acercar el rostro y concentrarse más en ese brillo siniestro de tonalidades azuladas cercadas por unas pobladas pestañas. Le gusta lo que ve. Su mirada tiene el brillo de la victoria. Es lo que piensa Will Graham mientras se prepara para la cena donde la invitada de honor es Bedelia Di Murier y cuyo destino cerrará la página de un pasado que intenta superar y le abrirá paso a un nuevo comienzo de su vida con Hannibal, cuya presencia es todo lo que le importa en la vida. Vuelve a sonreír al ver su reflejo, sin imaginar que esa sería la última sonrisa de la noche...