¿Nunca te has detenido a contemplar el avanzar de las nubes? ¿Alguna vez has observado el volar de un pájaro? ¿Te has tomado un momento para ver como las alas de la criatura se mueven? ¿Te has fijado en algún momento del movimiento de las hojas al caer de un árbol en el otoño? ¿Has visto alguna vez el movimiento una flor? ¿O el correr de un río? ¿Las olas del mar reventando contra las rocas? ¿Los rayos del sol abriéndose paso entre las nubes después de una intensa lluvia? Seguramente no, nunca lo has hecho, nunca te has percatado de estos minúsculos, y maravillosos, detalles, pero, ¿Sabes?, No te culpo, yo tampoco lo hice. Hasta que la conocí. Y junto a ella conocí lo que era bello de verdad. Ella me abrió los ojos. Ella cambió mi mundo.