En realidad, mucha gente se emociona por su vuelta a la escuela, ver a sus amigos, etcétera. Sólo tal vez a el uno por ciento no le gustaría volver. Si, poca gente, ese uno por ciento soy yo, Anna Jones Stuart. A las seis y cuarenta y cinco de la mañana comenzaba la jornada, varias clases, a las nueve y cuarenta y cinco de la mañana era el receso, a las diez y quince de la mañana volveríamos del receso, más clases, a las doce y cuarenta y cinco de la tarde sería el almuerzo, a la una y cuarenta y cinco de la tarde volveríamos a clases, los lunes, miércoles y viernes sería el deporte para la gente que está inscrita en cada respectivo deporte (yo tenía deporte de Danza), ellos iban a deporte a las tres en punto de la tarde y las cuatro y media de la tarde sería la salida. Muy poca gente. No exagero, de verdad había muy poca gente que después de la jornada igual y aburrida, iba a psicología, una de esas personas era yo también. Hace tres meses, yo sería la última persona en la lista de gente en todo el mundo que iría a psicología, pero el destino es incierto y cualquier decisión tuya o de otra persona cambia el destino y eso exactamente me sucedió a mi, Anna Jones Stuart, mamá se fue, mamá tal vez no vuelva y yo... Yo... Estoy asustada.
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