Tenía mala fama, sin duda. No había día en que ninguna chica fuera a tocar a su puerta, rogando por una oportunidad, llorando por los recuerdos o bien, gritando por el hecho de que la habían utilizado. Pero, así era Collin Cavalcanti. ¿Qué más se podía esperar de un chico que se pasaba las tardes fumando en un parque lleno de niños, con audífonos a música a todo volumen, salvo que te destroce el corazón? Deberías ser sumamente estúpida para pensar en enrollarte con él. Y Quincy Mcklair, lo era. Y quizá esta vez sería diferente, quizá. Si tan solo Collin no soltará suspiros de humo cada que la veía pasar y ella no fuera tan tonta para creer en falsas promesas de amor. Además, cabe aclarar, que Quincy no es ninguna santa; en realidad, solo tiene el pequeño problema de creer que el amor en verdad existe. Cavalcanti le demostrará que no es así. ¿O será al revés? N/a: Pienso desafiar muchísimos ideales, por ello les pido que en caso de que deseen comentar, sean tolerantes al respecto, tal como yo lo seré con ustedes. Ojalá le den una oportunidad. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Fecha de inicio: 2/11/15 8:35 p.m.