Es curioso como puedes llegar a perder la cabeza por una persona que jamás creiste hacerlo. Perder la razón con solo una mirada, una sonrisa o un beso de esa persona. Estar dispuesto a perder todo por el simple hecho de hacerlo feliz. Al punto de depender se esa persona, como el chocolate para el diabético. Le hace daño, pero le gusta. John es un chocolate y Randy... Un maldito diabético. Amistad larga, noviazgo corto, matrimonio para toda la vida. [CENTON] Nada ocurre por casualidad Prohibida la copia o adaptación Derechos reservados © #75 en Ficción general > 23/09/16 #97 en Ficción general » 24/09/16 #953 en Novela juvenil > 29/08/16
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