No es un secreto que todos tienen secretos. Todos mienten para proteger algo que no quiere que sea revelado y conocido por el resto del mundo. Y Kelsey Onisse no era una excepción. Kelsey estaba dispuesta a mentir sin importar qué con tal de que nadie conociera el oscuro secreto que atormentaba su vida. La muerte de su padre fue un gran choque para ella y la volvió débil, por eso no quería que nadie lo supiera, porque sabía que podrían usarlo en su contra. Sin embargo, hay mentiras más grandes que otras. Mentiras que te consumen y de las que te ves obligado a alejarte del resto, como le ocurrió a Tom Riddle. Él debía ser cuidadoso con todo lo que salía por su boca para que nadie conociera sus oscuros planes para gobernar el mundo mágico. Solo sus más fieles seguidores conocían parte de lo que se cruzaba por su mente. Sus vidas estaban protegidas por mentiras, pero nunca se dieron cuenta de algo; mientras más cercana se vuelve una persona, más difícil resulta mantener un secreto oculto. Tal vez eso fue lo que les ocurrió a ambos. Ninguno pudo mantener ocultos sus secretos al otro. Las sombras de su pasado volvieron para torturarles con una única diferencia. Ahora estaban juntos. Tal vez sus secretos fueron los que los unió.
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