Kakeru es un chico con mala suerte; tanta, que pescó un resfriado, y con un desesperado y audaz Koi, la visita de Ikkun y los cuidados de Hajime, a quien quiere más de lo que se permite, termina comprendiendo que quizá, y sólo quizá, la lejanía se podía palpar a unos metros de cercanía.