No le temía a la obscuridad, solo en sus consecuencias. Les llamo obstáculos a los problemas. Le llamo iniciativa cuando estoy decidida hacer algo, Le llamo amor al sentimiento de aferrarme a algo o alguien, le llamo miedo, al desagrado, cuando mi mente me juega sucio y comienza a crear falsas imágenes en mi cabeza. Miedo, su máxima expresión, el terror.