PRÓLOGO ...
"Cuando la vida sabe que hacía ti se tiene que llegar un golpe en la cara, para deformar tus anteojos favoritos..., no lo hacen vano. Es porqué tal vez sea hora de enamorarse de un tarado".
PRÓLOGO ...
"Cuando la vida sabe que hacía ti se tiene que llegar un golpe en la cara, para deformar tus anteojos favoritos..., no lo hacen vano. Es porqué tal vez sea hora de enamorarse de un tarado".
Nunca debí caer por él.
Sin embargo, tampoco detuve mi descenso.
Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí.
No su frialdad.
No su silencio.
No sus advertencia...