Todos hemos conocido a alguien que le da color a nuestras vidas, alguien por quien darías cualquier cosa, sólo por verlo sonreír. Alguien que quieres tanto, que puedes apostar TODO a que incluso en un universo paralelo volverían a enamorarse; sin importar los conflictos ni las dificultades, ni siquiera la muerte. Dallas Theron y Skyler Rockefeller no eran "el uno para el otro", tampoco eran almas gemelas y mucho menos eran idénticos. Tampoco eran esos típicos chicos cliché cuyo odio tan sólo necesita un paso para llegar al amor. Aún así el destino siempre se las jugaba para dejarlos juntos. Ella, tan optimista y alegre. Su vida era como la de cualquier chica, con sus pros y contras, pero igual se mantenía en pie. Él, tan negativo y frío. Se dejaba llevar por los problemas y su vida era un completo desorden, eso, hasta que Skyler apareció. Ambos llevaban vidas completamente distintas; ambos eran opuestos. Pero se complementaban.