Años de sufrimiento e incertidumbre son los que Conan Edogawa llevó sobre su espalda, pesando más que su propia alma, matando más que cualquier arma, doliendo más que cualquier pérdida... Con las pocas esperanzas que le quedaban ya perdidas, los días monótonos y la impotencia haciéndole perder el control, Conan dio por sentado que nunca más volvería a ser su verdadero yo, nunca más podría su amada verlo como él deseaba, como tanto anhelaba... Pero la desaparición de uno de sus seres más queridos le hará bajar al infierno y volver para encontrarlo, haciéndole pasar por tanto dolor, que no se dará cuenta que entre tanto sufrimiento quizás, y sólo quizás, esté su tan ansiada salvación.