Nikki Bramer tiene 47 años cuando le detectan cáncer de mama. Aunque es un personaje ficticio es una guerrera más, una guerrera que durante 3 años ha tenido que enfrentarse al peor enemigo posible...el cáncer. Pero ahora tiene que enfrentarse a la vuelta, al reflejo en el espejo, a su inseguridad por sentirse extraña por haber perdido su melena rubia,por su delgadez y su pálida tez debido a la quimioterapia...no se da cuenta de que es preciosa, sigue siendo preciosa no solo para su hija Adalis sino para su marido William. Para él, Nikki es su guerrera. Y va a hacer todo lo posible por volver a hacer sentir a su mujer que es incluso más bonita que antes a pesar de todo los baches por los que han pasado... Quiero dedicarle este relato a las mujeres guerreras de mi vida. Os quiero mucho muchísimo🎀❤