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Hermione

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Hermione

Tiene otro vestido, lo ha hecho ella misma con unas telas hermosas que llevan meses en la bodega de su padre y, aunque no es de diseñador, realmente lo parece; ama ese vestido, pero sigue sin ser el precioso modelito color vino que tuvo que empeñar esa misma semana, le causaba tanta ilusión usarlo y ahora que no puede hacerlo se siente triste.

Se limpia las lágrimas que amenazan con salir en un gesto rápido. – Una Granger no llora por las cosas que no puede tener – le había dicho su madre con gesto adusto y como ella era la única hija de los Granger, tenía toda la carga de ser perfecta sin una guía constante.

— Hermione, cariño — el toque en su puerta la sobresalta y casi se quema con la pinza para el cabello — Tienes una visita de Ronald Weasley y trae un regalo — dice su madre mientras le codea un costado con una sonrisa encantadora. ¿Ron? ¿Qué rayos hace Ron ahí? — Se amable con él, su padre podría hacer negocios con tu padre. De ser necesario, dile lo que ocurre y muéstrate afligida, llora o yo qué sé. Lo que haga falta para que él chico corra con Arthur Weasley y le ruegue que compre telas con nosotros — indicó su madre cómo si nada más importase.

— ¿Lo qué sea? — Pregunta con algo de miedo.

— Mione, cariño. Cuando crezcas entenderás que debemos hacer sacrificios para perseverar — asintió la mujer — Bésalo o yo que sé, si cae rendido a tus pies hará lo que sea con tal de ayudarte.

— Pero... Yo salgo con Draco — se mordió el labio incómoda y su madre hizo un ademán para restarle importancia.

— En los negocios y el amor todo se vale — Jean Granger guiño el ojo y Hermione pasó saliva nerviosa, ¿en eso estaba destinada a convertirse?

Recibe a Ron con una sonrisa amable y confusa, él chico también le sonríe y con torpeza le tiende una caja delgada y rectangular — ¿Para mí? — Pregunta a pesar de que era obvio y él asiente — Gracias — toma la cajita con delicadeza, sus manos rozan con las del chico y siente algo extraño, pero lo ignora.

— Quería dártelo yo en persona — el chico por fin habla y Hermione abre la caja con sumo cuidado para sacar finalmente un vestido de ella, casi se desmaya cuando lo ve porque es el precioso vestido color vino que había comprado especialmente para aquella noche.

— ¿De dónde sacaste esto? — murmura como primera impresión, no esperaba ver aquel vestido otra vez.

— ¿No te gusta? — pregunta él apenado, seguro que se piensa que la chica lo empeño porque ya no quería aquel vestido.

— Me encanta — responde rápidamente y lo observa con cariño — Esto costo una fortuna — recuerda de pronto y, con solemnidad, vuelve a doblar el precioso modelito con cuidado y lo mete a su caja — No puedo aceptarlo — se niega.

— No querrás que lo use yo, ese no es mi color — bromea Ron en un tono casi de amigos, ella nota que guarda cuidado en lo que dice, pero con tremendo detalle a ella ni le importa que tan malhablado pueda ser el pelirrojo — Además...Son épocas de dar y no de recibir — añade, aunque suena más a pregunta y eso la hace sentir ternura.

𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞 𝐡𝐨𝐦𝐞 *𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐀𝐔*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora