𝘾𝙖𝙘𝙚𝙧𝙞́𝙖 | 𝗟𝗼𝘂𝗶𝘀 × 𝗟𝗲𝗴𝗼𝘀𝗵𝗶 | 𝗕𝗲𝗮𝘀𝘁𝗮𝗿𝘀

c a t o r c e

— ¿Amable? —

—¿Louis eres tú?—habló Jack, claramente confundido—

Se quedó estático, sin ganas ni fuerzas de voltear. Su mente era un revoltijo, pues, para empezar, no tenía ni idea del por qué estaba ahí; así que solo cerró los puños.

—Esta bien, amigo—susurró Legoshi tomando el hombro del más pequeño—.

Jack se retiró bastante confundido y susurrando un “Me debes una buena explicación”, se retiró dentro de la habitación.
Legoshi decidió salir, bastante extrañado y ciertamente dormido.

—¿Louis?—llamó saliendo bien del cuarto y cerrando la puerta detrás de él—creí que…

—Sólo pasaba por aquí—dijo a secas—, supongo que tu amigo me escuchó.

—Sí…—dijo algo apenado—bueno…

—¿Vas a venir?—dijo molesto—¿O vas a quedarte ahí parado?

Legoshi paró las orejas, y algo confundido, vió al ciervo avanzar.

Comenzó a caminar al par del ciervo—Creí que estabas...

—¿Molesto? No, no tengo tiempo para pensar en tonterías—respondió mirando al frente—.

—Claro, g-gracias por lo del club.

—¿Ah? Oh, bueno, realmente no fue nada más que una estupidez—exclamó—esa estúpida mangosta me tiene harto.

—Puede ser un poco irritante.

—¿Cómo estuvo tu exámen?—preguntó esperando una mentira—ya que recuerdo.

—¡Oh! Eso... Bueno, aún no me dicen las calificaciones—respondió rascando su nuca—creo que me las darán mañana… bueno el día de la obra.

—Hoy.

—¡¿Ya es hoy?!

—Sí.

—El tiempo pasa muy rápido, ¿Cómo te sientes? ¿Estás bien?—preguntó bastante interesado en la respuesta del ciervo—

Louis confuso por el interés (pues normalmente, el interés que le demostraban siempre era por mera cordialidad o fanatismo, sin embargo, el lobo demostraba algo sincero) miró al joven lodo e igualmente sonrió ladino.

—Te he dicho miles de veces que estoy bien—replicó con orgullo—, tú deberías estar preocupado.

Legoshi asintió.

—Bastante—respondió apenado—…

Louis por un momento, se sintió realmente apenado, cosa que no era natural en él.

—Bueno—se aclaró la garganta—, no es necesario que estés nervioso, las cosas saldrán bien. No creo que sean idiotas.

—¿Gracias?

—No me conviene que estés nervioso—explicó—, la gente trabaja mejor calmada.

Legoshi asintió levemente y al sentir el sereno de la madrugada, se cubrió la cabeza con el gorro de su chamarra.

—¿Has visto algo estas últimas rondas?—preguntó Legoshi ciertamente curioso—

—Hasta ahora no—reconoció—, pero no por eso dejaré de buscar.

—Tienes razón, Louis—dijo el más alto—sólo, quería decir que lo siento.

—¿Lo sientes? ¿Por qué?