El mundo no es como crees... ¡No estoy soñando! ¡Mucho menos imagino algo! Pero, ¿Somos locos? ¿No? Quien nos creería...
Es tan difícil resistir así... no puedo más, me piden a gritos acabar...
Ellos... los lastiman... me lastiman... ¿Te lastiman...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—Callense —dije desganada —Quiero dormir —me puse una almohada sobre el rostro.
—Planeamos tu siguiente asesinato —
—No... —Me senté en la cama —No volveré a hacerlo —observé mis manos, aún manchadas de sangre.
Prendí mi celular y vi la hora, 7:35, Dios, es muy temprano, y hasta ahora no puedo conciliar el sueño.
Me levantes y fui al baño de mi antigua casa, esperanzada abrí el grifo de la ducha, y como un milagro salió agua.
—Nadie vive en aquí... ¿porque aún hay agua? —me pregunté.
Puse mi mano entre el agua, estaba fría, pero supongo que no estoy para exigir, me encuentro en una situación crítica.
Entre a la ducha sin nada de ropa, en cuestión de segundos me encontraba en posición fetal llorando, mis lágrimas se perdían entre el agua que caía y descendía por mi cuerpo.
—No quería... —Me cubri el rostro —¡YO JAMAS MATE A NADIE! —grite.
—No será la última vez —
Habló la voz gruesa, esa voz me hacía tensar, parecía ser de un demonio, la otra voz era más amable a mi parecer, su tono no era tan aterrador.
—Como llegué hasta aquí... —apague la ducha, mis ojos estaban rojos.
Me vestí y varios recuerdos vinieron a mi mente, hace tan sólo unas semanas estaba en perfecto estado, no habían voces, no había llanto, no había sangre...
—Todo por la jodida curiosidad —maldecí.
—Vaya, jamás te escuché hablando groserías —río.
Preferí ignorar esa respuesta, simplemente salí de la ducha y fui al cuarto de mis padres de nuevo, entre lentamente.
La puerta rechino, pero no le di importancia, seguí, entre y empecé a buscar en todos lados, hasta que recordé algo.
—Recuerdo que un día mi padre me quitó mi muñeca y la ocultó abajo de la cama —me agache y saqué toda una maleta.
Me sorprendí, cuando la abrí emocionada, pude observar varias partes humanas cortadas, abrí mis ojos de par en par por el horror.
Salté y me aleje de ahí, hasta que pude reunir valentía, y cuando me acerqué pude ver una mano, apostaría que de mujer, había un anillo de casados en su dedo anular.
