Capítulo 3 - Consejo de Industriales

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Me pongo de pie y me aseguro de poner el pesillo en la puerta dejo caer el saco en mi paso de regreso hasta ella y me deshago de su falda y su tanga de un tirón, hundo mi cara entre sus piernas y comienzo a besarla desesperadamente en el pequeño botón que esconde entre sus pliegues, ella se retuerce y jadea, podría pasar el resto de mi vida hurgando en su interior pero tengo urgencia de poseerla así que la levanto con un brazo para alzarla hasta mis labios y la beso con desesperación, mientras con la otra mano desabrocho mi pantalón y saco mi dura erección para para colocarla en la entrada de su resbaladiza humedad.

—no quiero hacerte daño— digo deslizando mi erección por su hendidura buscando prepararla para mi entrada

—estoy bien— responde ella tomando mi pene con su mano y colocándolo en su entrada —siempre estoy preparada para ti— dice sonriente

Me muevo con cuidado a través de su entrada y comienzo a penetrarla poco a poco, cuando estoy completamente dentro de ella la sostengo con ambas manos y la recargo contra la pared

—enreda tus piernas a mi alrededor— ella obedece y comienza a mover las caderas rítmicamente, una gota de sudor se resbala por mi frente mientras acelero el ritmo; ella clava sus ojos en mi mientras mi pene se introduce una y otra vez en su interior ya no somos personas solo sentimientos estamos llenos de placer, lujuria y desenfreno; suelta un jadeo fuerte y clava sus dientes en mi hombro, siento sus espasmos recorrerme y se que ha alcanzado el clímax, así que con una ultima embestida me dejo ir en su interior.

Jadeantes permanecemos de pie contra la pared con nuestras frentes apoyadas juntas —esto es lo que tenias en mente cuando viniste—

Jadeantes permanecemos de pie contra la pared con nuestras frentes apoyadas juntas —esto es lo que tenias en mente cuando viniste—

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—no precisamente— responde —pero fue mucho mejor—

La dejo separarse de mí y la veo caminar hasta el sofá, creo que va a comenzar a vestirse, pero entonces noto como se saca el sweater y el sujetador y se deja caer de nuevo en el sofá, separa las piernas frente a mí y la veo comenzar a tocarse está completamente desnuda parece una diosa pagana invitando al pecado. Toma su bolso y saca un pequeño artefacto parecido a un lápiz labial, en cuanto lo enciende y escucho el sonido de la vibración me doy cuenta de lo que es, lo coloca entre sus pliegues y veo como se retuerce ante el movimiento rítmico del pequeño artefacto, mantiene las piernas separadas dejándome ver lo que está haciendo, mi excitación creme de nueva cuenta, como si no acabara de poseerla como un loco hace apenas unos minutos, la veo recostarse y retorcerse con el pequeño aparato entre sus piernas, jadeos entrecortados salen de sus labios y la veo explotar frente a mis ojos, yo no puedo dejar de mirarla como hipnotizado por su belleza y la excitación que me provoca, cuando su respiración comienza a ralentizarse se vuelve y me habla.

—porque no vienes aquí y te muestro un poco de lo que tengo en mente—

Me deshago del resto de mi ropa, camino hasta ella y simplemente me dejo envolver en sus brazos. Paso el resto de la tarde con Demet en la oficina, lo hacemos innumerables veces; debo reconocer que ella paseando desnuda por mi oficina es una de las mejores vistas que he presenciado en mi vida y eso incluye la vista de ella entre mis piernas haciéndome una felación mientras tenía una llamada con la junta de industriales en Tokio.

Las 2 Caras de Can YamanWhere stories live. Discover now