El Lobo y la Caperucita Roja

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Shōyo es una persona muy romántica, al igual que su padre, pero también le gusta la tragedia, el cómo un escritor puede hacer que dos personajes pasen por tanto amor y por tanto dolor al mismo tiempo le parece fascinante, es por eso que su obra favorita en todo el mundo es "Romeo y Julieta".

En cierto modo le hacía recordar a la historia que su padre había vivido meses después de su nacimiento.

Pero no habían muerto Romeo y Julieta juntos, Romeo se quedó esperando a su Julieta, quizás para siempre...

—¡Shōyo, recuerda que la abuela te espera!

—¡Ya lo se, pa'!

Un pelirrojo de ojos color miel bajó corriendo la escalera, apresurado por el llamado de su padre.

—¡Eh eh eh, no tan rápido! —Sugawara le gritó cuando vio que su hijo ya estaba poniéndose su abrigo de color rojo— Desayuna primero.

—¡Pero-...!

—Shōyo.

Resopló mientras se sacaba el abrigo— Bien...

Kōushi sonrió al ver el puchero de su pequeño hijo y lo tomó de los hombros para guiarlo a la mesa donde lo esperaba su plato con dos tostadas cubiertas con mermelada y una taza de té humeante.

—¿Le daremos las galletas que hicimos ayer?

—Así es, si no te las hubiera quitado no sé qué le llevarías hoy.

El peligris entrecerró los ojos en forma de regaño, el pelirrojo solo se llevó la taza de té ya vacía a la boca fingiendo no haberse percatado de la pequeña molestia de su padre.

—Hey, no te apresures —Le dijo entre risas al ver que intentaba comerse toda la comida de una sola vez.

—¡No hay tiempo, ya voy tarde! —Habló con la boca llena, haciendo reír un poco más a su padre.

El adolescente se levantó para dejar los platos en la encimera y poder tomar una servilleta para limpiarse la boca.

—Espera pequeña tormenta —Koushi le extendió la canasta con la comida para la abuela de Shōyo, este último la tomó— Que no se te olvide.

—¡Waa! ¿A qué el abrigo le quedó genial a la abuela? —Le dio la espalda para mostrarle lo genial que se veía.

—Mi madre siempre consintiéndote —Negó con su cabeza mientras reía.

"¡Deberías cuidar mejor de tu hijo! ¿¡Qué es lo que pensaría su madre si estuviera aquí!?"

"Me compadezco de ese niño, sin madre y con un padre como Sugawara..."

"¿¡Cómo es posible que envíes a tu hijo a lo profundo del bosque?!"

La risa de Kōushi cesó y frunció el ceño al recordar los comentarios de los habitantes del pueblo y para Shōyo su molestia no pasó desapercibida.

—Papá... —Le tomó del brazo— No te preocupes, voy a estar bien, esas señoras no saben lo que hablan ¡Ellas no saben que tengo al mejor padre del mundo!

Le sonrió al niño de 16 años con ternura y revolvió su peculiar cabellera anaranjada.

—¿Tu no ibas tarde?

El lobo que se enamoró de Caperucita Roja -KagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora