Final alternativo: Sueños que me guían hacia tí.

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El reloj marcó las 5:01 de la mañana del día sábado y Hinata estaba sentado sobre su cama con el teléfono entre sus manos, llevaba una hora y algunos minutos dudando si debía llamar a Kageyama.

Aquel sueño le dejó inquieto.

A eso de las cuatro de la mañana, se despertó gritando el nombre de su compañero, no el apellido, si no "Tobio", sintiendo que algunas lagrimas mojaban su rostro y cuello, estaba totalmente agitado y asustado.

¿Tsukishima y Yamaguchi como cazadores del pueblo?

¿Sugawara-san como su padre?

El sueño sentía haberlo vivido tan en carne propia que le era un tanto difícil no confundirlo con la realidad.

Era como si fuera una obra escolar.

El libro de la Caperucita Roja que estaba a sus pies, lo botó de la cama de una patada con enojo.

La noche anterior Natsu había llegado a su habitación con el libro en la mano mientras que él se secaba el cabello luego de la ducha y hablaba por teléfono con Kageyama, la relación amistosa de ambos había avanzado tanto que ahora hablaban por llamada de vez en cuando.

Hinata leyó el cuento y para cuando lo terminó, su hermanita estaba dormida con su cabeza en su regazo y la tranquila respiración de su compañero se escuchaba por el teléfono, además de algunos ronquidos que a Shōyō hicieron reír. Ambos habían caído rendidos por el sueño.

El cuento había sido agradable de leer, pero que el haberlo hecho le haya provocado despertar con esa horrible pesadilla que había comenzado siendo un lindo y tierno sueño...era simplemente desagradable para Shōyō.

¿Y si el hecho de que en su sueño aquellos cazadores habían asesinado al lobo que era tan parecido Kageyama, compartiendo el mismo nombre como cualidad principal, significaba que al chico le había pasado algo?

Esa preguntaba pasaba por su cabeza desde que se despertó, tenía en su teléfono abierto el contacto de Kageyama para llamarlo y acabar con su duda; por el contrario, había una posibilidad que podía ser claramente peor.

Que Tobio estuviera bien, si, pero que ser despertado por Hinata le molestara tanto y que no le lanzara el balón por una semana.

¡Y no! ¡Hinata no podría soportar eso!

—Ah... —Suspiró y se tiró de espaldas a la cama, dejando su teléfono en la mesita de noche.

Quizás debía dormirse ya.

Comenzó a cerrar sus ojos, buscando nuevamente un sueño agradable.

¡Ring ring!

Hinata se sobresaltó, abriendo sus ojos de golpe. Miró el teléfono y este volvió a sonar, lo tomó entre sus manos y pudo ver el nombre de "Kageyama" en la pantalla; antes de que volviera a emitir ruido, contestó la llamada.

—¿Kageyama?

—Hinata —Se escuchaba algo de viento y su respiración cansada a través de la línea— Mira, no me preguntes el porqué estoy aquí, pero abre tu ventana y déjame entrar, está haciendo algo de frío.

Shōyō se quedó en silencio y sintió que su estómago se revolvía...

¿¡Qué rayos hacia Kageyama fuera de su casa a las maldita cinco de la mañana!?

Si, estaba bien, estaba vivo y aquello le alegraba de sobre manera a Hinata, pero ¡eso no quita que venir a esa hora fuera algo claramente imprudente!

—¡Oi Hinata! ¿¡Me estás escuchando, idiota!?

—¡Si te oí y no me grites, Rey! —Se limitó a contestar.

El lobo que se enamoró de Caperucita Roja -KagehinaWhere stories live. Discover now