1. Recuerdos vividos.

442 30 1
                                    

Un gemido escapa de la garganta de Mara mientras mi miembro va más adentro de su cuerpo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Un gemido escapa de la garganta de Mara mientras mi miembro va más adentro de su cuerpo. Sus frías manos recorren mis brazos como si estuviese tratando de aferrarse a algo que la ate a la Tierra y si yo fuese ella también lo haría. Su piel quema alrededor de mi glande pero más que molestarme o hacerme retroceder me hace desear estar todavía más enterrado profundamente en su coño caliente y deseoso de mí.

Sus piernas se abren todavía más dejándome ir más adentro y un gruñido escapa de mi garganta mientras la hago incorporarse un poco. Sus senos quedan delante de mi cara y llevo mi boca a uno de ellos para lamer su pezón erecto, lo atrapo entre mis labios, lo chupo, lo muerdo y lo succiono arrancándole otro gemido que retumba en mi cabeza tan fuerte que hace que mi jodido corazón se acelere.
Mis movimientos siguen siendo firmes mientras empujo mi pene dentro de su vagina y la manera en la en la que sus músculos internos me reciben y ejercer presión sobre mí me hace gruñir porque es definitivamente delicioso.

Muerdo su pecho una vez más y otro gemido la abandona.—Oh, joder…—jadea. Retrocedo en su interior saliendo de ella un breve momento en el que parece profundamente desconcertada pero no me interesa. Sus ojos se encuentran con los míos un breve segundo; sus piernas rodean mi cadera y de un solo movimiento me pongo de pie mientras sus delgados brazos rodean mi cuello también.—¿A dónde vamos?—cuestiona.

—Te voy a follar en cada jodido rincón de esta jodida habitación.—respondo sincero uniendo nuestros labios en un ardiente beso que hace que me endurezca todavía más. Ella jadea cuando apoyo su espalda en la pared.—Abre las piernas.—le ordeno sin más.

Mara se muerde los labios pero lo hace. Presiono mi cuerpo contra el suyo pasando mis manos por debajo de sus piernas ejerciendo movimientos bruscos sobre ella que la hacen quedar mucho más abierta para mí. Le ofrezco una sonrisa maliciosa y de una sola estocada entro en ella.

Un grito escapa de su garganta mientras me entierro en lo más profundo de su cuerpo. Echa su cabeza hacia atrás como si ese pequeño movimiento torpe fuese a salvarla o fuese a hacer que abandone su cuerpo. Su cuerpo que ha sido mío en cada jodida vida que hemos vivido juntos. Su cuerpo que es mío una vez más. Su cuerpo es siempre será mío sin importar absolutamente nada más.

—Joder, Zabdiel…—replica en medio de gemidos de placer.—Eres jodidamente bueno…

—Y en cada maldita posición que te puedas imaginar que si mañana puedes caminar será un jodido milagro.—respondo.—Y yo no creo en los milagros, Mara…

Sus ojos se cierran una vez más mientras retrocedo de nuevo y vuelvo a penetrarla con fuerza. No me molesto en ser gentil y ella tampoco lo pide. El sexo rudo siempre es condenadamente caliente.—Bueno, no me opondré de todos modos.—murmura.—Zabdiel…—gime mi nombre.

—¿Tienes idea de las putas ganas que tenía de que llegase este momento...?—Mara  -de piernas totalmente abiertas dándome una vista estupenda de su jodido coño empapado- se muerde los labios mientras soy testigo de la manera en la que mi pene se hunde una vez más dentro de su delicioso coño palpitante. La vista es jodidamente excitante.—Gime mi nombre…—le ordeno.

ÁNGEL CAÍDO (Caídos #2)|Zabdiel De JesúsWhere stories live. Discover now