Una cumbre kage diferente, el enemigo se revela

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Tetsu no kuni le daba la bienvenida a sus visitantes con una leve tormenta de nieve como es costumbre en el lugar, condición no acostumbrada para kages de países más calurosos o templados, pero el motivo era más que preocupante, Akatsuki ya tenía en su poder a los nueve bijuus o se suponía que esa era la situación ya que el último en desaparecer fue el hermano del Raikage que se enfrentó al ninja renegado Sasuke Uchiha y a su grupo, por este y otro motivos que para la mayoría de las grandes naciones eran desconocidos.

Avanzando por las nevadas rutas que llevaban al castillo del comandante Mifune se encontraba un carruaje con una numerosa escolta, todos con capaz de viaje cubriendo sus rostros, pero lo más llamativo era el emblema que portaba el carruaje en lo alto.

-"Alto"- de entre la poca vegetación aparecieron varios Samuráis rodeando a todo el convoy, pero nadie reaccionó -"Identifíquense y digan el motivo de su presencia en Tetsu no kuni"- habló el líder del grupo, la puerta del carruaje fue abierta y por ella descendió un joven de largo cabello negro y ojos azules que miraba a todos con una calma que no auguraba nada bueno a quien quisiera atacarle -"Na- Naruto san"- murmuró el Samurái reconociendo al pelinegro.

-"A pasado mucho tiempo chicos"- saludó Naruto ignorando el frío de la zona.

-"Por favor sigan, algunos samurais les acompañaran al castillo, sean bienvenidos"- respondió rápidamente el líder de la patrulla, Naruto asintió y subió nuevamente al carruaje.

-"Estoy ansiosa por volver a ver a Tsuki sama y a Mifune sama"- comentó Yukiko alimentando a un pequeño bebé de cabello negro y piel clara, junto a ella estaba una pequeña durmiendo, el pequeño Jiraiya y Nami, los hijos del líder del clan Uzumaki. Naruto asintió y se acomodó en la parte delantera el carruaje.

Mifune se encontraba en su oficina ordenando toda su documentación para poder prestar toda su atención a la reunión de los Kages de las grandes aldeas ninjas, pero sobre todo para poder ver a su nieto que volvía al país después de mucho tiempo, no como un simple desconocido, no, ahora llegaba como un cabeza de familia, un líder que ya generaba temor en el continente elemental. Un toque en la puerta de su oficina desconcentró al líder de los samurais.

-"Adelante"- autorizó el paso, la puerta se abrió y por ella ingresó uno de sus samurais que estaba respirando agitado de haber corrido  demasiado -"Qué sucede?"- preguntó el anciano.

-"Mifune sama, señor, llegó el primer líder a la reunión"- informó el samurai controlando la respiración.

-"Y de quién se trata?"- preguntó Mifune curioso, ya que la orden era escoltarlos al castillo.

-"Naruto Uzumaki señor"- Mifune, dejó lo que estaba haciendo y se acercó rápidamente a su subordinado.

-"A cuanto está del castillo? venía solo? tuvo problemas en el camino?"- el Samurai solo negó.

-"El venía"- pero Mifune se dirigió a la puerta.

-"No importa, quiero que acomoden lo mejor que puedan a la escolta que traiga mi nieto, denles alimento y todo lo que necesiten para que se sientan cómodos, si llega alguno de los otros Kages llévenlos a sus zonas designada para que descansen, por ahora no los puedo atender"- y sin más, Mifune se retiró para informar de la noticia a su esposa, ella era la más ansiosa por ver a los chicos, y sospechaba que su destino no sería favorable si no le compartía aquella información.

El carruaje se detuvo en la entrada principal del castillo, donde ya los esperaban Mifune y su esposa, quienes miraron sorprendidos a la gran comitiva por parte de la familia de su nieto, la puerta se abrió, el primero en bajar fue Naruto cosa que alegró a los ancianos, esto estaban por acercarse pero se congelaron al ver como el pelinegro recibía desde el interior del carruaje a  un bebé? si, así era, tanto se habían perdido en este tiempo, pero la sorpresa no terminó ahí, Yukiko fue la siguiente en bajar, si antes la muchacha era bella, ahora lo era aún más, al parecer la maternidad había hermoseado aún más a la joven, su alegría ya no tenía límites, pero ahora era Yukiko quien estiró sus brazos al interior del carruaje y de este descendió una pequeña niña bien abrigada para capear el frío del país.

El nuevo Clan UzumakiWhere stories live. Discover now