Narrador
Hace mucho tiempo una familia peli-gris dió a luz a un niño, en ese entonces no había tanta variedad de nombres, así que su abuelo que vio uno de los primeros documentales de otro país, lo decidieron llamar Amanojaku. Aún que no sabía que significaba el nombre en realidad. Paso los años era un niño de 5 años, era alguien muy alegre, animado y tranquilo apenas y se metía en problemas, era un pan de Dios. Cuando entro a la primaria fue siempre un promedio alto todas las calificaciones eran de 10 y 9, todo sus ciclos escolares era un alumno estraordinario y un ejemplo a seguir.
Su adolescencia fue muy buena, aún que era muy diferente, se volvió serio aún que aún sonreía había veces en que estaba hablando de las almas y como controlarlas, aún que siempre se le olvidaba esa conversación. Haci paso el tiempo Amanojaku siguió su vida, consiguió una mujer rubia, muy linda por cierto con ella hizo una familia de dos hijos. Ambos Rubios pero con unos grandes modales su vida era tranquila... pero...sentía que esto no era lo que le gustaba, sentía que debía ser algo más importante y asombroso lo que tiene que hacer y que le guste.
Paso el tiempo sus hijos eran mayores y el también, se enteró que uno estaba por ser padre y eso le alegraba pero no tenía mucho tiempo. Paso un tiempo y cuando su bisnietos cumplió 8 meses el estaba hospitalizado. El en sus últimas dijo: "un día uno de mis tataranietos que se parezca a mi será el líder de un grupo muy fuerte, poderoso y temido por todos". Con esas palabras cerro los ojos para nunca más abrirlos.
Actualidad
Había un demonio viendo a un chico que su madre le había cortado los brazos dejándole marcas.
-oye ¿No quieres ayuda?- -dijo una voz de ultratumba-
-e-eh?- -dijo tímidamente-
Al frente del chico estaba un ser que no podía ver la cara, era ese demonio pero que parecía a los ojos del chico un ángel. Ese era su método para engañar.
-vi lo que ocurrio, ¿Quieres compañía?-
-si...por favor, ya no quiero estar solo- -llorando-
El demonio extendió su mano y el chico la hagaro cerrando el trato, aún que bueno su tatarabuelo nunca dijo que el futuro líder de un grupo no debería.
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